Segunda parte de la trilogía NOELIA
NOELIA Y EL LADO OSCURO
Nuestra querida Noelia entendió rápidamente la lección, ya que era una adolescente muy ágil y rápida, mental y físicamente hablando, comprendió que en el mundo más allá de la verja granate del instituto iba a necesitar ser audaz, valiente e irreverente.
A estas alturas era una mujer muy alta, de largas y atléticas piernas, un cuerpo muy femenino que encerraba un alma aún cándida y en cierta manera pueril, todo ello se reflejaba al exterior a través de una cara de niña, de niña asustada, con enormes y redondos ojos muy muy abiertos, porque Noelia nunca dejo de tener miedo desde su encuentro con el payaso del miedo y la duda este la perseguirá toda su vida y su gran reto sería sobreponerse sin que nadie notase que estaba aterrada por dentro.
Se miraba en el espejo del gimnasio y pensaba que de aquel físico imponente y tempranamente desarrollado que todas las niñas envidiaban debía de sacar algún provecho y conseguir con su imagen el respeto y la protección de otros más grandes y poderosos.
Siguió por esa senda y pronto se convirtió en un imán de tipos malos, desde su primer novio, maltratadores, mafiosos que la hicieron tener aún más dudas de lo ella realmente valía, había tomado la píldora equivocada, como en Matrix, una roja y una azul, ella eligió la roja y ese camino lóbrego conducía a lo peor de lo peor de lo peor…
Lanzarse en paracaídas desde un Antonov fue divertido, aunque por una ráfaga de viento casi cayó en el Penal de Ocaña, bocado exquisito hubiera sido para los presos, viajar por todo el mundo, los deportes de riesgo, la conducción intrépida, para entonces ella ya sabía que la forma más útil de vencer al miedo era ir de frente y de cabeza contra él ,como un miura…
Si algo la atemorizaba iba sin pensarlo, intrépida a darse contra ese muro, al principio eran muros delgados y los traspasó sin problema más tarde …. los ladrillos fueron engrosándose.
La contienda más demoledora estaba por llegar y sería contra ella misma, noches de consumo que se convertían en días, el dolor de su familia al verla así, abandonos, engaños de la bazofia de gente que la acompañaba, acabó en un psiquiátrico por un intento de suicidio con diazepam, «Esta pared no la has pasado… He vencido.” Decía el payaso en su cabeza.
En esos días, recluida, aislada y medicada hasta las cejas, tuvo un sueño…
Un ser alado lleno de luz apareció y le dijo sin palabras, indicando con el dedo:
“¿Que has hecho contigo Noelia? ¿Porque te destruyes así? No te dejes vencer, esto es solo una batalla, despierta, ponte la armadura y lucha… Sigue la luz…”
Se fue desvaneciendo como un eco dejando un olor a jazmín y Varón Dandi, era su abuelo, su adorado y difunto abuelo.
Entreabrió los ojos y por la ventana vislumbró una luminosidad preciosa e iridiscente, había una avioneta al fondo, por primera vez se sintió feliz y en paz.
Decidió firmemente seguir sus instrucciones.
Ahora venía la batalla final, la más dura, la que debía librar contra ella misma….. sin miedos, sin dudas. Ahora tocaba mirarse por dentro…..y eso iba a escocer mucho.
(Continuará)
Contra el maltrato de género
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