Primera parte de la trilogía NOELIA
NOELIA Y LAS RANAS
Noelia era una niña tan bonita como su nombre, sus cabellos eran castaño oscuro pero cuando el sol los tocaba múltiples hebras doradas salían de su melena lisa y recta . Era como dice la canción de Nino Bravo: Una chica que es igual…pero distinta a las demás.
Tenía pocos amigos y menos amigas así que empezó a simpatizar con las ranas, ranas de juguete, de peluche, postales con dibujos de ranas, las adoraba y coleccionaba. Los batracios le parecían mucho mejor que los humanos sobre todo después de que 6 niños grandes, dos cursos superiores a ella, la ataran en el recreo a un árbol con una gruesa e irritante cuerda y se mofaran de ella a placer….desde en entonces odió los pinos ,las cuerdas y a los niños.
No recordaba nada, su mente había sepultado este suceso en lo más hondo y oscuro del alma pues le hacía mucho daño recordarlo….. hasta que año y medio después se sorprendió mirándose a pocos metros del árbol, en el espejo de los baños de señoritas, ya no era una niña, era un esbozo de mujer, este era su último año en el colegio, peinaba su trenza cuando un ser aterrador apoyado en las frías baldosas del WC la miraba a través de su reflejo en el espejo ,era un payaso , y a Noelia nunca le gustaron los malditos payasos. Ella como cientos de miles de adolescentes había leído el libro de Stephen King , IT con auténtico estupor y allí estaba su pesadilla personalizada….
Tiquiclic, tiquiclic, sus uñas largas tamborileaban contra el frío azulejo blanco.
-Vaya vaya Noelia ,ahora no están aquí tus ranas para defenderte…
-¿Quién eres? ¿Qué quieres?
-Soy el payaso del miedo y la duda, estoy aquí y te acompañare toda tu vida para que vivas siempre con temor. Tú fracaso es mi alimento.
-No, no eres real….
-No, no lo soy pero voy a joderte la vida igual ,voy a dejarte sin sueños.
Noelia cerró con fuerza los ojos, pensó en cosas buenas y bonitas, su madre preparándole con cariño la merienda-cena, su padre pintando con esa enorme paleta que a ella le fascinaba llena de pegotes de pintura de colores en su estudio, sus veranos en la sierra, sus paseos en su BH verde metalizada por las montañas y el olor de las magdalenas de pueblo…. Los cerró con tal fuerza que al abrirlos de nuevo el maldito payaso había desaparecido y ella ya era un mujer.
(Continuará)
Contra el acoso escolar
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Vídeo de la película IT de Stephen King
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