El duerme ajeno al mal, en la cama de la habitación de invitados de mi nueva casa.
Piensa qué vendrán a acariciarle aunque siempre fue arisco y sus 13 avanzados años no le han cambiado, conmigo es agradecido y hasta en ocasiones cariñoso, porque sabe que cuando su madre murió tras el parto en una obra yo le acogí y traje a casa.
Pero yo no me llamo a engaño, sé que es un gato y que él manda , sé que no se apega demasiado y aprendo mucho de él. Cuando en la madrugada se mete entre mis dos piernas y ronronea le agradezco profundamente el gesto ya que él no miente, no esconde ningún interés, a su manera me quiere.
Seti, nadie vendrá a nuestra habitación de invitados pero no te preocupes ahora me recuesto a tu lado y te acaricio ese precioso pelaje negro mientras sueñas con salamandras de vivos colores.
Entreabre un ojo amarillo, me mira y piensa: No sabes lo poco que me importa que no vengan, te tengo a tí, aprende un poco…..
Se vuelve a dormir y ronronea más fuerte.
A mí gato, Seti
Deja una respuesta