Nuestro amor era un tango, un laberinto embrozado que conducía siempre al mismo epicentro, piernas que se entrelazan para acabar en zancadillas. Guirnaldas rojas festoneadas abrazadas a los balcones del alma.
Nuestro amor era un tango, tacones pespunteaban un suelo yermo y negro para acabar mis rodillas frente tus caros zapatos. Duelo de titanes, sierpes enredadas, me dejabas ir con un fino alambre invisible que encadenaba mi cuello.
Pero no contaste con un pequeño detalle, mis dientes eran tan fuertes como mi odio….soy la escapista.
Baila tú solo.
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Vídeo de Por una cabeza, Carlos Gardel:
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